sábado, 21 de mayo de 2011

De Zama

"El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje,que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono."



jueves, 12 de mayo de 2011

3

El olor de tu semen
guardado del lado izquierdo
como si de allí pudieran brotar un rosal
o un racimo de calaveras
o el fantasma que se esconde en la voz de eso
que hicimos y destruimos y glorificamos
esa pasión destronada:
el cuerpo de Cristo en una cama de hospital,
y el perro enterándose del dolor que provocan las espinas,
y del color que tienen las tormentas
Enciendo el televisor
miro un partido de fútbol
todavía creo ser una mujer.




2

En una cama de hospital
en esta simetría que marca un tiempo incoloro
en una mesa de trabajo
frente a un cuadro de Suárez
que hace explotar todo:
la soledad, el sexo, el universo siempre indiferente.
Y la lluvia que es sólo otro deseo
y la versión que mejor entiende
el discurso de lo que se vacía,
la delgadez del cuerpo muerto de una vaca.
Un cuero sin alma
esa mujer que se emborracha
y se masturba
y llora por la madrugada
y rompe con airado desenfreno sus miserables posesiones
un cuero sin alma.




1

Me hundo entre las sabanas
queriendo no despertar siempre
a la madrugada
y tener que hurgar en las conversaciones ajenas
no estarías de acuerdo en escuchar
lo que los otros dicen
pero la curiosidad desconoce de motivos.
Nuestra preciosa educación
No pudo
con el deseo mejor guardado
por aquellos que no entendimos
la lección más satisfactoria del amor
obedecimos
y la perfección en nuestro trabajo
es ese hijo que negamos
y el culto por los amores estériles.


miércoles, 27 de abril de 2011

Poesía marxiana

No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Contribución a la crítica de la economía política (Marx)

martes, 19 de abril de 2011

Un arte. [poema de E. Bishop, insuperable esta mujer]

El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.  

Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.

Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.

Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.

Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre


viernes, 8 de abril de 2011

Poema XVI de Philip Larkin

A la una la botella está vacía.
a las dos el libro al fin cerrado,
a las tres los amantes ya duermen
dándose la espalda
terminados el amor y su comercio,
y ahora las luminosas manecillas
indican que son más de las cuatro,
esa hora de la noche en la que los vientos errantes
agitan la oscuridad.

Y estoy harto de este insomnio,
tanto que casi puedo creerme
que el silencioso río que sale a chorros de la cueva,
no es poderoso ni profundo,
tan solo una imagen, una metáfora forzada.
Me acuesto y espero a que llegue la mañana, y con ella los pájaros,
y los primeros pasos que bajan por la calle sin barrer,
y las voces de muchachas protegidas con bufandas.