La pereza es un globo
flotando por el aire de la casa.
Es como aquel globo rosado
que el viento caprichoso
estampó,
en el aire amarillo de Barracas,
un día de invierno,
cuando vino volando hacia mí
y entonces pensé
que eso
era la felicidad.
Los negocios, todos abiertos
y endulzados
por el perfume
de miles de flores de plástico
y en la cúspide
el Lezama
en donde un hombre
lee el diario
solo.